a concha inmaculada

Cuando miras al cielo
los ojos se te vuelven azules,
y entre las nubes se te enredan
las canas.                
En mi mente te veo como una foto celeste
que solo el tiempo
y no
mis manos temblorosas
podrá enturbiar ahora que te he encontrado.
¿Tendrán la suya propia todas
y cada una de las personas
que conozco?
Eso espero.