Gota

Una fina pátina de agua sobre la superficie sedosa. Como una lengua líquida que en gotas le recorre el cuerpo en busca de sabe dios qué punto, o trayectoria. El reflejo invertido en un cristal pulido irrompible y tan delicado al mismo tiempo le devuelve su cara, tendiendo irremediablemente puentes entre su vida y la de aquella gota diminuta de agua. - ¿Quién quiere ser una flor? Con las raíces enterradas capa tras capa en tierra espesa y sin la que no habría nada. Yo quiero ser agua. Una diminuta, insignificante gota, que cristalinamente se desliza atenta al reflejo de una cara, que no sabe por qué, si quiera, se quedó mirándola. Y desparramarse tras el impacto, y flotar, en millones de partículas de agua.